Comenzamos por el primer consejo (comenzar por el segundo no tendría sentido ninguno). Si de verdad quieres sentirte mejor tras la separación, empieza por no escuchar música que te recuerde a él, ni el tema con el que os conocisteis ni aquella canción que te dedicó cuando todavía estaba enamorado de ti ni la que sonaba en el restaurante cuando rompíais ni la que sonaba en el coche cuando volvíais a casa después de romper... Acabamos antes si no escuchas música durante un tiempo. No veas Los puentes de Madison. No le llames para ver cómo está si todavía no estás preparada para escuchar que se encuentra perfectamente. No te engañes pensando que no va a encontrar a nadie como tú. No te engañes pensando que no vas a encontrar a nadie como él. No te engañes pensando que nadie te va a querer. No te engañes pensando que vas a ligar como en tu vida. No te engañes pensando, punto. No salgas a ligar inmediatamente, sólo conseguirás acabar comparándole con todos los posibles candidatos o llorar en brazos de los desconocidos con un mojito de más. No hagas como que no pasa nada, sí que pasa, y además no pasa nada (parece confuso, pero tiene sentido... creo). No intentes sacar el tema constantemente sin que venga a cuento: ...¿A cuánto están los tomates?, es que me acabo de separar... Si estás en Facebook y él también, date de baja, si le tienes en el Messenger, dale de baja, si le tienes de vecino, cámbiate de casa, si todavía vivís juntos, haz como que no le ves. No preguntes a los amigos comunes si saben algo de él, no vaya a ser que lo sepan. No veas Los puentes de Madison. No hables de él en pasado: Sigue vivo, sólo que no está contigo. Es mejor asumirlo cuanto antes. No llores más de media hora diaria. No llames a tus amigas pretendiendo estar interesada en cómo están ellas si lo que realmente quieres es hablar de cómo estás tú. No son tontas, te conocen. No te agobies cuando compruebes que desde tu ruptura todas tus amigas hasta ahora solteras están iniciando relaciones sentimentales. No lo hacen a propósito, esto va así. No veas Los puentes de Madison. Si te ves con casi 35 o más y el deseo de ser madre, no desesperes y repítete: Si la Quintana ha podido a los 50, a mí me queda para largo. Y luego lloras tu dosis de media hora. No hagas caso a tu monólogo interior cuando te dice que eres la mejor ni cuando te dice que eres una mierda. Lo más probable es que no seas ninguna de las dos cosas. Nadie lo es. Las rupturas son duras, todo el mundo lo sabe, pero recuerda que siempre se superan. Eso te va a pasar. Bueno, tengo que irme, ponen Los puentes de Madison en la tele. Nada personal.
(A todas/-os los que somos capaces de mirar al pasado con una amplia sonrisa, a las/-os que no saben cómo sonreír al presente y a quienes les hace falta un empujoncito...)
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