sábado, 4 de febrero de 2012

La Pareja

En el colegio jugábamos a Parejas y Unidades. Las parejas perseguían a las unidades y, al alcanzarlas, éstas eran eliminadas. Las unidades, sin embargo, sólo podían huir. Mal empezamos. ¿Es la pareja más fuerte que la unidad sólo por ser más en número? Los juegos infantiles son, claramente, un reflejo del funcionamiento social. Recuerdo aquella canción que cantábamos las niñas cogidas del brazo "Al jardín de la alegría quiere mi madre que vaya, a ver si me encuentro un novio, el más bonito de España". Uno, ¿por qué limitar la búsqueda a España? ¿Acaso no tenemos derecho a un novio extranjero? Dos, ¿la alegría está estrictamente ligada a encontrar novio? Estas son las cosas que llevamos oyendo desde los cinco años y ahora es complicado quitárselas de la cabeza y pensar que la pareja es una opción más, pero no la única. No estar en pareja no es un fracaso social, porque la pareja no es nada. No somos dos, somos uno más uno. Puede que te apoyes en otro, que te acompañes, que cuentes con el otro, pero la vida sigue siendo un camino personal. Estar con otro puede hacerte el día a día más fácil, o más difícil. Puede empujarte a aprender, o a agazaparte para siempre y no sacar la cabeza de tu nidito de amor. Estar con otro puede ser una experiencia maravillosa, pero estar solo también. Las emociones son individuales, incluso el amor es un sentimiento personal que se comparte, pero no por eso deja de ser individual. Todos hemos pasado por una ruptura en la que tus amigos te dicen que no debes preocuparte, "seguro que encuentras a otra persona". Pero a nadie se le ocurre decirte: "No te preocupes, sola puedes estar estupendamente". ¿Por qué? ¿Por qué no asumimos de una vez que en el jardín de la alegría no hay sólo novios nacionales esperando nuestra llegada sino experiencias vitales más allá del modelo social?
La pareja no existe........ Son los padres!

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